Me levanté tarde, a las 10, cuando lo estipulado era salir tempranito tempranito.
Me bañe y cuando sali de la ducha me econtré cara a cara con Altug que llegaba. GENIAL.NO MAS DESPEDIDAS. Y asi nomás, me despedi de todo, y, dandole un ultimo vistazo, me fui para la estación.
Estacioné la bici y me tomé el tren a Venlo.
En Venlo esperé un toque, me fume un puchito y me tomé el tren a Dusseldorf, pero en realidad nofui a Dusseldorf, sino que acaba en Monchengladsbach o algo asi donde tuve que cambiar de tren de nuevo hacia Dusseldorf.En DUss, al mediodia, almorcé vorazmente unas porciones de pizza de Pizza Hut y un sandwich Caprese, riquisimo.
Mientras me fuaba un puchito, vi que el tren se habia atrasado media hora. Entonces bajé de los andenes y me fui a comprar una revista. Me compré una tal Lodown mag, una medio indie que resultó genial para un viaje.
LLegó el tren, un ICE cualquiera, impecable, con destino a Berlin Hauptbanhoff. Asi que abordé el tren y me senté en el primer asiento vacío que vi. Al toque llego un hombre diciendome que ese era su lugar, que estaba reservado. Asi que me pare y vi los cartelitos en los asientos cn los nombres en las paradas. Me termine sentando en un pasillo frio leyendo Aves de Presa durante las 4 horas que duro el viaje.
Una paja, pero llegué.
Llegué a Berlin Hbf a las 9 de la noche por ahí, la estacióin es INMENSA y toda moderna, te deja boquiabierto, el primer touch de berlinfue genial.
Despues encontré un puestito de informacion y me fui a comprar el billete para tomarme el city train.
Llego el tren, impecable, pude ver un poco de la ciudad, de todos modos no entendía nada, solo reconocí el monumento del medio del Tiergarten...excite.
Después hice la combinación c
on el subte y tuve esa vista hermosa de la ciudad. LLegué a la para Gorlitzer Banhof y me bajé.NIEVE y esas calles anchas y oscuras. Un cagaso enorme me invadió, esa sensación de QUE CARAJO HAGO ACÁ. Estuve caminando un toque hasta encontrar el Hostel, pero despues de perderme levemente lo encontré!! 36 ROOMS se llamaba, e increible estaba.
Llegué, sali a comerme una pizzza solo en un restaurant de un palestino que vivia en Belen.
Después a la camita de toque. Dormirme en esa habitación gigante con 5 camas vacias escuchando los ruidos de los ingleses de enfrente que salieron fue jodido, pero luego de mil vueltas se pudo, se pudo.
