Jueves 11 de Febrero
Me levanté en lo de Angela. No entendía nada. Desayunamos, me bañé en su superducha con radio incorporada (asi me muero de la emocion) y después nos fuimos para el centro de vuelta. Esta vez no en auto, sino en el metro que no es metro, sino un tren que a veces va por abajo de la tierra. Nos bajamos en el Policlinico, conoci la otra parte de La Sapienza (LA UBA Romana) y ahi, sin más, nos despedimos. Rápida e Indoloramente. Un abrazo, una promesa de escribir y chau. Y, asi como si nada, Otra persona que se va, otra despedida más. Horrible. BASTA DE DESPEDIDAS.
Subte hasta el Colosseo, salí con mi mochilota gigante y me crucé para el Coliseo. De repnte un grito y un abrazo. Si. Flora y Sofi. Una despedida y un reencuentro,en el mismo dia es mucho. (*Ahora que pienso mis dos reencuentros fueron en el Coliseo, tin) Y nada, esta igual. Y feliz de verte. Y no caigo que estamos aca.
Y así, como si hiciera dos dias que no nos veiamos (a la inversa que a los Erasmus) nos fuimos a caminar por Roma. Yo sin objeciones, hicimos de todo, subimos, bajamos, piazza spagna, nos perdimos, nos encontramos, comimos, nos sacamos fotos, nos reimos...y asi se paso el día. Los tres bests, como en las viejas épocas caminando y haciendo pelotudeces.
Y lamentablemete el tiempo vuela cuando uno la pasa bien. Y tocó irnos para el pueblo de Flora. Y en Termini, nos tomamos el tren a San Quirico, el regionale que salía del último andén de Termini. Caminar hasta ese andén costó, llevar la valija rota de Sofi también costó, pero escuchar arrancar el tren y ver como me iba de ROMA, eso fue lo que más me costó. Invadido por esa familiar sensación de mierda de irme de un lugar en donde fuiste muy feliz, me fui de Roma. No hay más que decir.
El viaje en tren estuvo muy divertido, pasaron cosas geniales, como las minas llorando, la pelea entre Sofi y Flora y la búsqueda del capotreno para preguntarle si nos podiamos ir hasta Firenze. Nevaba tanto tanto que el camino estaba tapado y no se podía llegar a San Quirico. Entonces nos fuimos hasta Firenze. Llegamos a la cittá, nos comimos un Mc en la parada del colectivo y nos tomamos un bondi hasta lo de Flora. Nos acostaoms en la cama, sin entender nada, cagandonos de risa. Que bueno estar entre amigos otra vez, que buenooooo que buenooooooo. De Firenze nadie vio nada.
sábado, 13 de febrero de 2010
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